El pasado domingo 18 de marzo, DIARIO LA RIOJA publicó una Carta al Director escrita por Agustín Lapresa. Hoy, vuelvo a reproducir sus palabras esperando que quienes no tuvieron la ocasión de leerlas el domingo, las lean ahora…
Trabajador de uno de los grandes bancos españoles, he militado en UGT desde los años 70, encuadrado en la FeS, federación a la que por mi profesión pertenezco. A lo largo del tiempo he ocupado distintos cargos orgánicos, siempre de forma altruista y robándole tiempo a mi familia y sobre todo a mi hija. Como yo, somos infinidad los sindicalistas que estamos en la misma situación. Por eso, me indigna la “satanización” que estamos sufriendo por la derecha y por algunos medios de comunicación. Si esto continua así, terminaremos siendo el toro que mató a Manolete. Pero estoy de acuerdo con que en los sindicatos hay algunos oportunistas y con que se han cometido errores, como en todas partes. Todo esto me genera una irritante tristeza.
Tras la reforma de Zapatero, a la que se contestó con distintas movilizaciones que culminaron en huelga general, viene la de Rajoy, todavía más sangrante, que ya ha provocado protestas cuyo punto álgido es el 29-M. Me produce una angustiosa tristeza que, por miedo, los trabajadores en activo no apoyen la convocatoria, ya que se están anunciando nuevos recortes. Si seguimos así, vamos a terminar como antaño, en El Espolón esperando a que “el amo” contrate cada día a quien quiera, con jornales y condiciones miserables.
También me entristece el pasotismo de la juventud, a la que apenas se le ha visto, ya que para muchos ésta reforma supone trabajar de forma precaria hasta los 30 y volver al paro cuando se acaben las subvenciones. Espero que se levanten y me den una alegría.
Los bancos, causantes de la crisis, están recibiendo dinero público que no hacen llegar a las Pymes, a los autónomos… Mientras, nuestro Estado “laico” subvenciona a la Iglesia, que sigue sin pagar el IBI. Además, el Gobierno recorta en sanidad, en enseñanza pública… En definitiva, en todo lo que pueda oler a servicios sociales. Si añadimos los juicios a Garzón, la posición de los Conferencia Episcopal, la corrupción descarada, el intento de reabrir el proceso del 11M y la insaciable sagacidad de la patronal, esto me produce una terrorífica tristeza.
Agustín Lapresa Ruberte
